martes, 13 de octubre de 2009
Dejando las reglas del amor.
Hasta el amanecer, dejando de lado las reglas del amor. Su boca dibujaba arcos y círculos en el aire. un suspiro tras otro de vez en cuando del otro lado de su espalda. Recorrí su rostro, su piel, por un momento quería tenerlo, amarlo, tocar sus labios, y como dicen en los poemas cursis, ME HUNDIRÍA DENTRO DE SU CABEZA TRANSFORMANDO UN CAMPO DE ROSAS EN COLOR VINO.
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