Mentes disfrazadas, enemigas de su cuerpo. Feroces, cuando el tiempo llega se instala y la razón solo queda como instrumento vestido por mantas sobre la mente. Atreverse a desvestir cada capa, una tras otra hasta llegar al centro y poder perturbar el silencio que aguarda el grito. Nada es real y símbolo que se guarda con la mirada, es el ultimo dialogo con la mente.
Me sangra el pensamiento, consumiendo el deseo impuro de mi carne, porque tu piel seduce a soñar,con las espinas que penetran y guían el placer de lo que imagina
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