martes, 22 de septiembre de 2009

ENtonces...

Decidió sentarse en ese lugar, un café y un libro,un sorbo, una palabra, un silencio, un delirio quebrándose en la madera roída de la mesa,todo repleto de ausencia, la ausencia repleta en ella, su mas frágil perversión, "la piel de su anhelo,el anhelo en su piel". Nada material persistía dentro de la orbe cóncava de tu pensamiento, en la ambigüedad de su delirio, decidió entregarse a la irracionalidad, sin números, sin formas, pesando en el espíritu, desahogándose del sueño.
Vio una sombra pasar, no puso atención, sin embargo al poco tiempo volvió a verla,y entonces...

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