lunes, 24 de mayo de 2010
SEGUNDA PARTE...
Continuación… Bajamos la escalera de la calle catorce donde estaba el metro que nos llevaría al departamento de Jerónimo y te explique un poco de cómo era mas fácil para transportarte; fue un largo dialogo para terminar diciendo que todo era muy sencillo: o caminas o te vas como sardina en los vagones pues, por lo general iban repletos de personas que tenían una prisa indiscutible por llegar a su destino. Claro, en esta ciudad todos la tenían diario. Poco antes de llegar a la calle ochenta y nueve, la luz del vagón se fundió y tu mirada apanicada volteo hacia mis ojos, te tome la mano como a niño que tiene miedo; así te sentí. Poco antes de llegar, la luz regreso, y tus manos sobre las mías reflejaban ese miedo intenso que tenias a la ciudad. Lo único que dije fue: -no te preocupes- . Bajamos del metro y el frío entro por nuestros cuerpos; sin pensarlo nos abrazamos para compartir calor , caminamos hasta el departamento numero siete . Era un barrio extraño, donde vivía Jeronimo; gente de clase baja que a esas horas de la noche, apenas iban tomando el vapor de su cuerpo para la madrugada; algunos rincones muy oscuros, con prostitutas colocándose el maquillaje; otros con con vagabundos buscando un sitio donde dormir y colocar periódicos para prender una fuego. El parque situado alado del departamento estaba cubierto de nieve, con algunos columpios rotos que dejaban ver el descuido de las personas. Dentro de el, estaba un árbol hermoso, un Olmo de Siberia, mágico que aun en invierno no perdía su verdor. Todos pensaban que tenia un hechizo que le permitía estar así ; pero en realidad todo venia desde que el día que fue plantado. Contaba la leyenda: una señora que vivía frente al parque ,amante de las plantas y las flores , murió y cuando la enterraron en el parque le plantaron ese olmo. Ahora su alma lo protegía ,lo cuidaba; dando una sensación de frescura, de vida. Cruzamos la calle y antes de tocar la puerta me pregunaste si yo vivía por aquí; te dije que si, a unas cuantas cuadras y seguí insistiendo que Jerónimo era un buen amigo al que visitaba con frecuencia. Tocamos la puerta y las manos cálidas de Jero nos recibieron con mucha alegría. El vivía en un departamento grande , por eso siempre recibía a gente, mas en esos momentos pues, se sentía solo y yo sabia que el haberte llevado lo animaba mucho; ya que Marie lo había abandonado hace unos años y todavía no lo superaba por completo; en ese tiempo había tenido dos intentos de suicidio por no comprender el sentimiento de abandono ; yo siempre procuraba ir a verlo o sino llamar para encontrarnos en el café , o en su defecto caminar por el parque, que en esos días lo disfrutabamos , era hermoso pasar por debajo de los puentes y ver todo cubierto de nieve. Recuerdo que te ofreció el cuarto mas amplio, pero tu, escogiste el que estaba a lado de la ventana , el mas pequeño, a lo mejor eso te hacia sentir mas seguro o te dio pena, nunca me lo dijiste.
Ya pasaba de la media noche, era tarde; asi que tome un papel usado que estaba sobre la mesa y escribí mi dirección, mi teléfono, para cualquier cosa, claro, mi mas razón mas consciente era para volver a vernos . Tome mi bolso y me despedí de los dos; a Jero le di el buñuelo que le había comprado y un fuerte abrazo, y a ti un beso de buenas noches , lo sentí como si hubiera besado la mejilla de un angel . Al llegar a mi departamento, me llego tu aroma a ceniza; me recordó a casa de mis abuelos; fue cuando me di cuenta que habias dejado tu bufanda sobre mi espalda. Esa sensación de tenerte cerca me fue dejando completamente desnuda sintiendo un torbellino de emociones en mi interior ,despertando una luz en mis ojos que me guiaban hacia tu imagen ,la cual permanecía latente y no le permitia a mi inconciente descansar, hasta volver a verte.
Antes de las seis de la mañana el timbre de mi departamento sonó; fue tal mi susto que salte de la cama y pise a Eleonora mi gatita , con quien compartia todos los momentos, la única que sabia como me comportaba ante cualquier situación, aunque no me lo podía decir, su mirada me lo decía. Al caminar por el pasillo oscuro, sentí algo dentro de mi, una sensación de angustia, o nervios, como si tuviera mariposas en el estomago, que revoloteaban con cada paso que daba. Inesperadamente sono el despertador que me hizo reaccionar,me di cuenta que todo había sido un sueño, pero esa sensación de mariposas seguía manifestadose cada vez con mas intensidad, una sensacion de asfixia, como si hubiera sumergido mi rostro al mar, y sus olas me atrapaban. Después de unos minutos el viento soplo tan fuerte que retumbo en la ventana , corri a ver que sucedía, mi agitación incrementaba y derrepente sonó el teléfono ; fue tanto el jadeo que al contestar me pregunto la voz si estaba bien, hasta que reconocí tu voz ,como una botella de champaña, se destapo esa sensación y me libero, jamas había reaccionado así , pero algo me decia que no era normal o al menos eso pensé, esos ataques se volvieron mas y mas frecuentes. Me preguntaste si podías pasar para ir al metro juntos, claro que accedí. No paso mucho tiempo cuando llegaste, tocaste la puerta ,te mire a los ojos, nos dimos los buenos dias y enseguida te ofrecí algo de tomar;luego te lleve a la sala donde esperaste hasta que termine de arreglarme; cerré las ventanas, apague las luces y puse la comida de Eleonora en el plato. Al bajar por el ascensor me tomaste de la mano y me ofreciste un chocolate que habías comparado en el camino, solo te mire y sonreí. Llegamos al conservatorio, todo el camino solo nos habíamos contemplado , sin haber mencionado nada. Antes de que entara al salón de clase me preguntaste si quería ir a comer , dije que si, que te veía en la fuente del parque a las dos , y así se volvió algo entre los dos, que poco después era una nueva historia; cada instante , colocándome como la autora de nuevas composiciones y a ti el creador de nuevos proyectos. Recuerdo que comíamos y al terminar, caminabamos por la fuente tomados de la mano, como adolescentes ; platicábamos largas horas hasta que cada uno tenia que regresar a lo suyo, alimentandonos de inspiraciones. Para ese entonces tu ya no estabas con Jero, te habias cambaido a mi departamento. Por las mañanas me preparabas desayuno, y por las noches haciamos el amor, me transformabas en otro ser, , ciega de todo lo exterior pero dejando explorar mi interior. Cada gemido era magnifico, nos excitabamos con la melodia de nuestros cuerpos, con el calor, el sudor que generaba nuestra piel, todo se volvia uno solo, permitiendo que nuestras caricias fueran provocadas por el aroma de las sabanas; viviamos como si nadie mas existiera, eramos tu y yo, solos en el mundo, amandonos como locos, gozandonos y admirandonos. Llego Febrero y con el los dias de amor, esa temporada tenias un dia muy especial : la exposición de inicio de año , un momento sumamente emocionante, porque ibas a dejar que el mundo viera tus pasiones, tus miedos y temores, tu interior. Sin embargo tenias la conviccion de tu talento. Antes de salir al festejo, volvimos hacer el amor, como locos sintiendo esa necesidad excitante , ya me habia arreglado, pero eso no era un impedimento, tiramos los libros del escritorio y solo se escuchaba el rechinar de la madera contra nuestros cuerpos. Salimos corriendo para llegar a tiempo y nuestra aventura se habia vuelto en un momento de placer que los dos sabiamos que se reflejaba en nuestra mirada…
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